El papel del Padre en la Historia 17/03/2017

Padre: un hombre que ha engendrado uno o más hijos.

Papá: padre, una voz familiar y cariñosa.

Estas son definiciones tomadas de un diccionario común.

Pero, ¿quién es esta figura y qué papel tuvo en la historia?

Para entenderlo, quiero llevarte a un viaje virtual a través de los siglos, comenzando desde muy lejos: hace 3 millones de años.

Los hombres homínidos vivían en manadas y tenían que competir para establecer el líder que tenía todos los derechos sobre el grupo, incluidas las mujeres. Solo mucho tiempo después se dieron cuenta de que todos podían procrear con la misma compañera y proporcionar comida y refugio a los niños que generaban.

En la época de los griegos, se creía que solo el hombre podía generar hijos cuando concebía con las mujeres. La figura femenina se consideraba poco más que un esclavo, con la obligación de satisfacer al compañero y su trabajo era ser la nodriza o criadora de los niños.

En la antigua Roma, el padre se encargaba de criar a los hijos y tenia que reconocerlos al nacer con un pequeño ritual: tenía que criarlos en la plaza frente a sus conciudadanos, también tenía el derecho de vida o muerte sobre el recién nacido, podía rechazarlo si era mujer o si presentaba alguna discapacidad. El emperador Justiniano declaró que los hijos legítimos eran aquellos nacidos dentro del matrimonio, impulsando la idea de una familia formada por esposo, esposa e hijos.

Con la difusión del cristianismo, la figura del padre vino desplazada en segundo lugar en la figura de José, que acepta la paternidad impuesta y pone atención en la Madre y el Hijo. El Hijo que se sienta a la derecha del Padre indica cómo estas dos figuras son consideradas iguales, lo que antes era impensable. Jesús, al no convertirse en padre, interrumpe la tradición de los Padres Romanos. Recordemos que el cristianismo ha sido perseguido durante mucho tiempo en la época romana.

En la Edad Media, el hombre "amo/patrón" dejaba a su esposa durante el embarazo como si fuera una enfermedad contagiosa y no sentía el deber moral de estar con ella. Esperaba para saber el sexo del feto en el momento del nacimiento, maldiciéndolo si hubiera sido una mujer.

La revolución industrial representó otro elemento importante: anteriormente, los hijos en general, crecian aprendiendo el oficio de su padre y llevándolo con orgullo. Con el advenimiento de las 'máquinas' para trabajar, muchos hijos salieron a trabajar en las primeras industrias. La familia sufrió una gran crisis de valores: por un lado, los hijos entran en contacto con nuevas figuras masculinas, como el empleador, e intentan seguir ese modelo y, por otro lado, el padre 'solitario' que sufre daños en el orgullo al no poder transmitir sus conocimientos.

Las guerras mundiales dividieron a las familias. La ausencia de los padres llamados a luchar generó un profundo malestar que no desaparecería ni siquiera con el regreso a casa. Las ideas de los pedagogos, como María Montessori, comenzaron a surgir al subrayar cómo la falta de padres durante la guerra es devastadora para los niños.

Hoy nuestros padres modernos participan activamente en las actividades de sus hijos desde el embarazo y los siguen paso a paso a lo largo de sus vidas.

Entonces celebramos a todos los padres, no solo el día de su fiesta, sino también los otros 364 días del año.