¿Alergia o atopia? Como reconocer las diferencias 15/04/2015

Piel roja, comezón, pequeñas ampollas o manchas... ¡es alergia! ¿Están seguros?

En realidad podría tratarse de una atopia o dermatitis atópica.

Pero, ¿cuál es la diferencia y cómo reconocerlos?

En general, puede decirse que la causa desencadenante es diferente: una persona alérgica reacciona al contacto con sustancias llamadas alérgenos; sin embargo, en dermatitis, la piel recibe demasiados "estímulos" externos y reacciona con enrojecimiento, sin una sola causa.

La dermatitis se manifiesta por un eccema, esto es, por una reacción no contagiosa pero a veces muy molesta: la zona aparece roja, luego pueden aparecer ampollas y puntos que producen comezón.

Existen varios tipos de dermatitis atópica o atopia:

Dermatitis de contacto: ocurre en contacto directo con ciertas sustancias como plantas punzantes, perfumes, cosméticos, detergentes, tintes de ropa o metales.

Dermatitis del pañal: típica en los bebés, se manifiesta en el área genital, es causada por el roce continuo del pañal y el estancamiento de la orina y deposiciones. Cambiar frecuentemente al bebé y el uso de una pomada a base de óxido de zinc resuelve rápidamente el problema.

Dermatitis seborreica: aparece principalmente en zonas con alta concentración de glándulas seborreicas (cuero cabelludo, nariz y axilas) y se presentan como manchas amarillentas debido a la presencia de sebo.

Dermatitis por estrés: en ausencia de contacto o sudor, este tipo de patología se manifiesta al improviso durante períodos particularmente difíciles de la vida, cuando estamos cargados de un exceso de trabajo emocional o físico. Prevenirlo es prácticamente imposible.

Como no existen pruebas específicas para determinar el diagnóstico de dermatitis atópica, ni una terapia estándar, su pediatra se basará en un análisis visual y les aconsejará sobre la mejor cura. Entre los métodos más utilizados están los ungüentos a base de cortisona, humectantes o aceites a base de vaselina, manteca de karité, caléndula o manzanilla, conocidos por sus propiedades calmantes y relajantes.

Algunas precauciones útiles para la prevención son: usar jabones y detergentes neutros, evitar el uso de ropa sintética que no permita la respiración de la piel, no consumir exceso de algunos alimentos (por ejemplo, fresas, chocolate, crustáceos, tomates considerados 'irritantes') y limitar -en lo posible- el estrés porque este afecta en gran manera la eficiencia del cuerpo.

Estas son solo algunas indicaciones. En caso de aparición de eccema, no duden en consultar a su pediatra.